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Un millón de mexicanos padece hepatitis C; la mayoría no lo sabe



Las enfermedades del hígado son la quinta causa de muerte en el país



Ángeles Cruz Martínez /La Jornada

Mayo 16 de 2007.- El hígado puede realizar más de 5 mil funciones y alrededor de 100 enfermedades lo pueden afectar. Sólo de hepatitis C se estima que están infectados un millón de mexicanos, de los cuales 20 por ciento desarrollará cirrosis y 2 por ciento cáncer. El mayor problema radica en que las personas pueden estar enfermas sin saberlo.
En el contexto del Día de la Salud Hepática, que se celebra hoy por iniciativa de la Fundación Mexicana para la Salud Hepática, Enrique Wolpert Barraza, vicepresidente médico de la agrupación, destacó la importancia de que quienes hayan recibido alguna transfusión sanguínea antes de 1992 se realicen una prueba del funcionamiento del hígado para descartar la presencia de los virus de hepatitis B y C, y, en todo caso, detectar a tiempo el padecimiento.
Aunque la comercialización de la sangre se prohibió a partir de 1985 para evitar la transmisión de enfermedades como las hepatitis y el VIH-sida, fue en 1992 cuando se emitió la norma oficial mexicana que hace obligatorio el tamizaje de sangre y sus derivados para la búsqueda de los virus causantes de hepatitis B y C.
Debido a que la hepatitis no presenta síntomas sino hasta que la enfermedad se ha vuelto crónica o empieza el desarrollo de la cirrosis, alrededor de 25 años después de haber contraído la infección, los individuos afectados desconocen que son portadores del virus, señaló el especialista, quien también comentó que por esta causa en los próximos años aumentará la prevalencia de enfermedades graves del hígado.
Los médicos calculan que en 2030 empezará a disminuir la cantidad de pacientes trasfundidos con sangre contaminada.
Por lo pronto, la cirrosis y otras enfermedades del hígado representan la quinta causa de mortalidad general en el país, tercera para los hombres y sexta para las mujeres, comentó Wolpert.
Sin embargo, las señales de alarma también están encendidas debido al creciente uso de drogas intravenosas, el cual es ahora una de las principales fuentes de contagio de la enfermedad, considerada un problema de salud pública mundial.
A su vez, Margarita Dehesa, jefa del Departamento de Gastroenterología del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional Siglo XXI, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), comentó que en esa unidad médica, casi 80 por ciento de los casos de cirrosis se originan por el consumo de alcohol y enfermedades del hígado ocasionadas por el virus de la hepatitis.
En el mundo, detalló, existen más de 170 millones de portadores de hepatitis C, la cual es la primera indicación de trasplante en el adulto. Sólo en Estados Unidos se estima que 5 millones de personas, aproximadamente, están infectadas.
Respecto a la hepatitis B, señaló que unos 350 millones de individuos están infectados, y a pesar de que existe la vacuna preventiva del mal, cada año se reportan 100 mil nuevos casos. En México la inmunización contra este tipo de afección del hígado se incluyó en el esquema universal de vacunación en 1999 y desde entonces han sido beneficiados más de 15 millones de niños.
Sin embargo, advirtieron los expertos, quienes nacieron antes de ese año carecen de la protección contra el padecimiento, por lo que corresponde a los legisladores autorizar el presupuesto, a fin de extender la vacunación a todos los mexicanos.
Enseguida reconocieron que para quienes ya son portadores de alguno de los virus de la hepatitis, lo que queda es la detección temprana, con el propósito de poder controlar y, tal vez, revertir el daño causado al hígado y de esa manera evitar cualquier otra complicación.
Al referirse a la importancia del hígado en el organismo, Wolpert señaló que interviene de manera directa en el metabolismo energético general.
El hígado almacena azúcares, sintetiza colesterol, bilis y factores de coagulación, remueve tóxicos y residuos, y dirige nutrientes, vitaminas, hierro y bilirrubina.
Es además uno de los órganos más grandes del cuerpo, con un peso aproximado de 1.5 kilogramos en el adulto, se localiza del lado derecho del abdomen y debajo de las costillas.
Algunos de los factores de riesgo para el desarrollo de alguna de las afecciones hepáticas son, además de la transfusión sanguínea antes de 1992, el abuso en el consumo de bebidas alcohólicas, el uso de sustancias tóxicas y medicamentos, enfermedades genéticas y la obesidad.
Respecto a los síntomas de los padecimientos hepáticos, médicos mencionaron la coloración amarilla de la piel y ojos, abdomen hinchado o con dolor, comezón y prurito, orina muy oscura o heces claras, fatiga crónica, náusea y pérdida de apetito.

Cirrosis hepática /I de II

INFORMACIÓN BÁSICA /Parte I de II

El hígado es uno de los órganos más importantes del cuerpo humano. Está ubicado en la zona superior del abdomen en el lado derecho, por debajo de las costillas y pesa aproximadamente 1.5 kg. Un hígado normal es suave y flexible, está conectado directamente al intestino delgado por medio del conducto biliar, el cual transporta la bilis que se produce en el hígado hacia el intestino delgado donde es utilizada para la digestión.
El hígado funciona como una gran fábrica química. Casi toda la sangre que sale del estómago e intestino pasa por el hígado. Entre las muchas funciones que el hígado cumple están las siguientes:
-Producción de bilis y otras enzimas (proteínas) digestivas.
-Producción de proteínas que ayudan a la coagulación de la sangre.
-Metabolismo del colesterol.
-Almacenamiento de glicógeno que sirve de combustible a los músculos.
-Manutención de los niveles hormonales.
-Regulación de los niveles hormonales.
-Metabolización (descomposición) de medicamentos, alcohol y otras drogas.
Considerando todas las funciones del hígado, no es sorprendente que las enfermedades hepáticas alteren todas las demás funciones del cuerpo. Una de las enfermedades más importantes es la cirrosis.

¿Qué es la cirrosis?

Cuando hay una cirrosis, el hígado forma nódulos delimitados por tejido fibroso. La funcionalidad de estos nódulos no es igual a la del hígado normal.
La cirrosis es la consecuencia de un daño acumulado en el hígado, habitualmente durante varios años, que se caracteriza por la acumulación de fibrosis (“cicatrices”) en el tejido hepático. Estos cambios del tejido interfieren con la estructura y funcionamiento normal del hígado, ocasionando serias complicaciones en la circulación de la sangre a través de dicho órgano y en sus funciones.

¿Cuáles son las causas de la cirrosis?

Existen numerosas causas que pueden desencadenar la cirrosis hepática, entre las principales están:
-Los virus de las hepatitis B, C y D.
-Consumo excesivo de alcohol.
-Hígado graso no alcohólico (también llamada esteatohepatitis no alcohólica): Condición frecuente en la población general, asociada a diabetes y obesidad.
-Enfermedades hereditarias o congénitas como:
-Hemocromatosis, en la cual se acumula hierro dentro del hígado dañando el tejido.
-La enfermedad de Wilson, la cual es causada por una alteración en el transporte del cobre, acumulándose en el hígado y en otros tejidos.
-Ausencia de proteínas específicas o enzimas para metabolizar diferentes substancias en el hígado, como la deficiencia de alfa 1-antitripsina.
-Reacción severa a drogas o medicamentos.
-Exposición prolongada a agentes tóxicos en el medio ambiente.
-Ciertas enfermedades del corazón (insuficiencia cardiaca).
-Obstrucción prolongada del conducto biliar, como la colangitis esclerosante.

¿Es posible identificar las causas de la cirrosis?

Sí. La mayoría de las veces las causas de la cirrosis es posible identificarlas:
-En caso de cirrosis alcohólica: Antecedentes de consumir alcohol regularmente o en exceso, cambios físicos o de conducta y una biopsia del tejido hepático.
-En caso de hepatitis: Exámenes de sangre para detectar el virus, biopsia hepática, etcétera. La biopsia hepática es una muestra del tejido del hígado que se obtiene bajo anestesia local.

¿El beber excesivamente puede llevar a una persona a adquirir cirrosis?

Muchas personas que ingieren alcohol en cantidades excesivas desarrollan cierto grado de daño al hígado, pero no necesariamente lleva a la cirrosis hepática. Entre aquellos individuos que consumen entre 200 y 400 mL de alcohol diariamente por un período de 15 años o más, aproximadamente una tercera parte desarrollará cirrosis hepática, otra tercera parte desarrollará hígado graso y el resto tendrá problemas hepáticos leves.
En general, mientras más beba y mientras más frecuente y regularmente lo haga, mayor será la probabilidad de que termine desarrollando cirrosis del hígado.
El alcohol por sí sólo en cantidades excesivas es un tóxico que puede causar cirrosis.

¿Puede una persona que bebe socialmente adquirir cirrosis?

Sí. Los individuos que ingieren alcohol socialmente también pueden desarrollar cirrosis. Los factores que contribuyen al desarrollo de la enfermedad son:
-Cantidad de alcohol consumida.
-Frecuencia con que se consume alcohol.
-Factores genéticos o hereditarios.
-Estado físico y nutricional.
No se saben las razones por qué algunos individuos son más propensos que otros a los efectos del alcohol. Las mujeres toleran peor el alcohol que los hombres. Muchos investigadores creen que la razón de esto es que los hombres tienen una habilidad mayor que las mujeres para metabolizar y eliminar el alcohol. Investigaciones indican que las mujeres, aún consumiendo menos alcohol que los hombres, desarrollan cirrosis más frecuentemente que los hombres.

¿La hepatitis siempre resulta en cirrosis?

Algunos pacientes con hepatitis crónica viral desarrollan cirrosis. Hay cinco tipos conocidos de virus causantes de hepatitis.
-La hepatitis aguda de tipo A y la hepatitis E no llevan a la hepatitis crónica.
-La hepatitis tipo B aguda lleva a una infección crónica en el 5% de los pacientes adultos. En una minoría de estos pacientes, la hepatitis crónica progresa a cirrosis.
-La hepatitis aguda tipo D afecta sólo a individuos previamente infectados con el virus de la hepatitis B.
-La hepatitis aguda tipo C se convierte en crónica en aproximadamente 80% de los adultos infectados. Una minoría de estos pacientes (20 - 30%) progresará a cirrosis hepática en un período de varios años (10 a 30 años).

(Continuará)